Los gobiernos de diversos países aplicarán dosis de refuerzo de la vacuna para coronavirus con el fin de optimizar la protección contra las variantes más transmisibles.
No obstante, algunos expertos consideran prematura la decisión dados los cuestionamientos respecto de las bases científicas y éticas.
Los habitantes de EE.UU. podrán recibir una tercera dosis de las vacunas de Pfizer o Moderna luego de 8 meses de haber recibido la segunda dosis. Las personas que recibieron una única dosis de la vacuna de Johnson y Johnson requerirán dosis de refuerzo pero todavía no serán elegidos hasta que se obtengan más datos.
El anuncio fue dado días después de que la FDA y el CDC recomendaran dosis de refuerzo para COVID-19 para personas con compromiso del sistema inmunológico. No obstante, estas agencias deberán evaluar la seguridad y la efectividad de una tercera dosis para el resto de la población antes de que se inicie el programa de vacunación de refuerzo. Si bien las vacunas para COVID-19 son muy efectivas, su protección contra la infección disminuye con el tiempo. La gran mayoría de las nuevas infecciones son leves y lo que se apunta es a prevenir las enfermedades graves que requieran internación.
Los datos provenientes del Departamento de Salud de Nueva York, la Clínica Mayo y el CDC mostraron disminución de la protección en el ámbito de las residencias geriátricas pero no así cambios significativos respecto de la presencia de enfermedad grave o internaciones en personas con esquema completo de vacunación.
En Israel se están ofreciendo dosis de refuerzo para personas mayores de 50 años, luego de observar enfermedad grave en pacientes con vacunación completa.
Los funcionarios de la Casa Blanca presentaron pruebas provenientes de varias publicaciones sobre infecciones en personas con vacunación completa. En un estudio de residentes de aproximadamente 15000 centros de atención a largo plazo se encontró que la protección contra la infección asociada con las vacunas de Pfizer y Moderna cayó de 74% en la primavera a 53% en el verano. Los autores no consideraron si la efectividad contra infecciones graves se había modificado.
Un estudio neoyorquino que incluyó personas que recibieron la vacuna de Johnson & Johnson también mostró una caída en la protección de 92% a principios de mayo a 80% a finales de julio confirmada por estudios de laboratorio.
Pese a ello, la efectividad contra COVID-19 con requerimiento de internación se mantuvo en aproximadamente 95%.
La institución asistencial Mayo Clinics publicó un análisis de más de 80.000 estadounidenses que muestra la efectividad en el mes de julio de las vacunas de Pfizer y Moderna ((42% y 76%, respectivamente).
Aún así, la protección frente a la infección con requerimiento de internación persistió elevada, de 75% y 81%, respectivamente.
En conjunto, estos resultados señalan que las vacunas contra COVID-19 evitan las internaciones en personas con vacunación completa, aunque se detecten grandes números de estudios positivos para la infección, muchos de los cuales pueden ser asintomáticos.
Los autores resaltan que varios factores pueden contribuir con la aparente disminución de la efectividad de la vacunación, desde la diseminación de variantes más transmisibles hasta la flexibilidad en el empleo de barbijos así como otras precauciones de salud pública durante la primavera y el verano boreal.
A su vez, una creciente proporción de personas no vacunadas pueden tener cierto nivel de protección debido a infecciones previas o por estar rodeados por quienes ya fueron inoculados.
Por otro lado, el Comité Nacional Canadiense sobre Inmunización no realizó recomendaciones formales respecto de las dosis de refuerzo para COVID-19 pero está estudiando la efectividad de la vacuna en personas con inmunocompromiso que pueden requerir refuerzos para alcanzar respuestas inmunológicas comparables a la población general.
Las autoridades de Ontario anunciaron que ofrecerán una tercera dosis para personas transplantadas o inmunocomprometidas, quienes recibirán dicho refuerzo al menos 8 semanas posteriores a la segunda dosis. También la tercera dosis estará disponible luego de 5 meses de la inmunización en residentes de centros de atención a largo plazo.
En un trabajo que comprendía ocho geriátricos de Ontario realizado entre marzo y julio, uno de cada 5 residentes no presentaba anticuerpos neutralizantes contra el virus, lo que sugiere que podrían requerir un esquema de vacunación diferente para lograr una protección similar a la población general.
Los investigadores encontraron que residentes de hogares de atención prolongada presentaban respuestas inmunológicas menos robustas y menos anticuerpos neutralizantes en comparación con el personal vacunado.
