Mantener los valores de presión arterial dentro de los límites normales contribuiría a que el cerebro envejezca más lento. Este efecto beneficioso sería evidente ya en los adultos jóvenes.
La presión arterial alta es un factor de riesgo conocido para enfermedades cardiovasculares. La condición se asocia también a muerte prematura, deterioro cognitivo y demencia. Pero no está del todo claro todavía cómo afecta al envejecimiento cerebral.
Investigadores de la Universidad Nacional Australiana, en colaboración con científicos de Nueva Zelanda y Alemania, realizaron un estudio científico para relacionar la edad del cerebro con la presencia o no de hipertensión arterial (HTA). Sus resultados indican que las personas con valores tensionales elevados podrían tener un cerebro hasta 6 meses más envejecido que aquellos con cifras de presión arterial normal.
Debido a que esta situación configura un riesgo elevado de padecer accidentes cerebrovasculares o demencia, los mismos investigadores están instando a la actualización de las guías de abordaje de HTA que existen.
En palabras del profesor Nicolas Cherbuin, jefe del Centro de Investigaciones en Envejecimiento, Salud y Bienestar de la Universidad Nacional Australiana, sus descubrimientos evidencian que “la idea de que el cerebro enferma por la presión arterial alta cuando envejecemos no es completamente cierta”. El estudio publicado en la revista Frontiers in Aging Neuroscience fue realizado con participantes de 44 a 46 años por un lado, y de 60 a 64 años por el otro. Los resultados denotaron que ya en la edad adulta media hay deterioro cerebral si las cifras de tensión arterial no son las óptimas.
Para la investigación, los científicos obtuvieron imágenes médicas del cerebro de más de 680 personas consideradas sanas. Estas imágenes de resonancia magnética fueron procesadas con un protocolo llamado BrainAGE que permite estimar la edad del cerebro, para contrastarla con la edad cronológica de la persona.
Lo que encontraron estos exámenes fue que los participantes con presiones arteriales promedio de 110/70 milímetros de mercurio (mm Hg) tenían cerebros que eran 6 meses más jóvenes que los de aquellos con valores de 135/85 mm Hg. Y esto fue evidente ya en el grupo de mediana edad, por lo que Cherbuin recalca que el deterioro “comienza temprano y lo hace en personas con valores de presión arterial considerados normales”.
Además, por cada 10 mm Hg de incremento en la presión arterial, los análisis determinaron 65,7 días más de envejecimiento en los cerebros de esos pacientes. Debido a que el aumento se tradujo en deterioro desde los 114 mm Hg para la tensión sistólica y 74 mm Hg para la diastólica, es que los autores entienden que el rango óptimo a alcanzar y mantener para la población general es de 115/75 mm Hg.
Pero estos valores ideales para mejorar la salud a largo plazo no deberían comenzar a controlarse en la tercera o cuarta edad. Es necesario que los jóvenes y los adultos de edad media regulen sus cifras tensionales para evitar trastornos graves, como la demencia.
Los autores aclaran que las cifras presentadas deben servir como un mensaje para estimular el cambio en el estilo de vida de las generaciones más jóvenes. En términos concretos, la aparición de HTA a temprana edad se transformaría en un diagnóstico de demencia hasta 6 meses antes de lo que sucedería en una persona normotensa.
El profesor Cherbuin relaciona la detección de cerebros envejecidos en personas de 40 años con problemas de tensión arterial que comenzaron mucho antes. Según el académico, “tenemos que asumir que el efecto de la presión arterial elevada se sostuvo por mucho tiempo y pudo haber comenzado a los 20 años”.
Con mayor razón, entonces, los jóvenes deben controlar sus valores con un profesional y tomar medidas para que las cifras se mantengan en torno a 110/70 mm Hg. Según el cardiólogo Walter Abhayaratna, coautor del estudio, esto se consigue con modificaciones en la dieta y la realización de ejercicio físico.
* Frontiers in Aging Neuroscience
Optimal blood pressure keeps our brains younger
Cherbuin N et al
5 de octubre, 2021
DOI: https://doi.org/10.3389/fnagi.2021.694982
Referencia: Cherbuin, N., Walsh, E. I., Shaw, M., Luders, E., Anstey, K. J., Sachdev, P. S., ... & Gaser, C. (2021). Optimal blood pressure keeps our brains younger. Frontiers in Aging Neuroscience, 529.
