Las mujeres embarazadas y recientemente embarazadas de Estados Unidos sufrieron un incremento en la tasa de mortalidad por todas las causas en los últimos 5 años, en especial como consecuencia del consumo de drogas y alcohol.
Entre el año 2015 y el 2019, en Estados Unidos se incrementaron los registros de muertes por todas las causas entre las mujeres embarazadas y recientemente embarazadas. Se ha pasado de 44,4 muertes en este grupo poblacional por cada 100 000 nacidos vivos a 53,9.
Los autores aclaran que la “tasa de mortalidad materna” no se corresponde con lo evaluado estadísticamente en este relevamiento.
La tasa de mortalidad materna contabiliza los decesos de mujeres por complicaciones específicas de la gestación. Esta tasa permaneció estable en Estados Unidos en los últimos 5 años y es de las más altas entre los países desarrollados.
Por otro lado, la “tasa de mortalidad por cualquier causa” de la que se valieron los investigadores no se limita a aquellos trastornos o patologías relacionadas con el embarazo. Incluye también otros eventos que culminan en la muerte de la mujer embarazada o recientemente embarazada. Esta última categoría incluye a las mujeres que murieron dentro del año posterior al final de su embarazo.
Durante los 5 años de relevamiento estadístico de datos, los investigadores registraron 9532 muertes de mujeres embarazadas o recientemente embarazadas. Los datos provinieron de archivos del National Center for Health Statistic, aunque con algunos inconvenientes.
Jeffrey Howard, doctor del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Texas y jefe encargado de la investigación, aclaró que el cambio en los certificados de defunción de Estados Unidos entre 2003 y 2017 no fue aplicado de manera completa en todas las regiones del país. La implementación fue escalonada e incluso en 2015, todavía 2 estados no lo tenían vigente.
Aun así, los autores del estudio publicado en JAMA pudieron arribar a algunos resultados. Más allá del aumento nominal en la cantidad de muertes por cada 100 000 nacidos vivos, las diferencias entre las causas demostraron que el alcohol y las drogas juegan un papel preponderante en esta estadística que aumenta.
La tasa de mortalidad en embarazadas y mujeres recientemente embarazadas pasó de 4.3 por cada 100 000 nacidos vivos en 2015 a 8.8 en 2019 si solo se consideran los casos relacionados a drogas o alcohol. Este cambio ha sido significativo, representando un incremento anual del 17.4 %.
Las muertes por homicidio en este grupo poblacional también aumentaron, aunque en menor medida. Pasaron de 2 muertes por cada 100 000 nacidos vivos en 2015 a 3,9 en 2019. Si bien el porcentaje de incremento anual es de 13,5 %, para los investigadores no es significativo en términos estadísticos.
En conclusión, los autores de la publicación proponen prestar más atención a las drogas y el alcohol como factores implicados en las muertes de las embarazadas y las mujeres recientemente embarazadas. El incrementono debe contemplarse, aclaran.
Esto denota que los servicios de atención ginecológica deberían trabajar en conjunto con los servicios de salud mental. Es una de las vías para reducir el impacto de las drogas y el alcohol en la mortalidad de las mujeres embarazadas.
Según Jeffrey Howard, la tendencia parece continuar en aumento. Para el doctor de la Universidad de Texas, los actores sociales encargados de elaborar políticas públicas tendrán que atender los temas subyacentes a las tasas de mortalidad. Es decir, en este caso, el consumo y abuso de drogas y alcohol.
* JAMA
Trends in Mortality Among Pregnant and Recently Pregnant Women in the US, 2015-2019
Howard JT et al
26 de octubre, 2021
DOI: 10.1001/jama.2021.13971
