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La OMS advierte fallas en la gestión de los desechos sanitarios motivados por la Covid-19
Organización Mundial de la Salud Ginebra, Suiza 07 Febrero, 2022

La respuesta a la COVID-19 provocó 'decenas de miles de toneladas' de desechos médicos adicionales que exigen una mejor gestión de los desechos de atención médica en todos los niveles, desde hospitales hasta vertederos.

Rous Díaz Félix, «Sueños reales», óleo sobre tela, 2014.
Rous Díaz Félix, 
«Sueños reales», óleo sobre tela, 2014.

La administración de las 8.000 millones de dosis de vacunas generó 144.000 toneladas de desechos en forma de jeringas, agujas, kits de pruebas, barbijos o máscaras, cajas de seguridad, etc.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó el 1 de febrero el informe Análisis global de los residuos sanitarios en el contexto de la COVID-19.

Situación límite
En el período comprendido entre marzo de 2020 y noviembre de 2021, se adquirieron alrededor de 87.000 toneladas de equipos de protección personal (EPP) enviados a países necesitados. 

“La mayor parte de este equipo seguramente terminó como desecho”, dijo el comunicado de prensa de la OMS. Pero el análisis también destacó que esto es solo " una pequeña fracción de la adquisición global ", ya que no se tiene en cuenta el EPP producido fuera del sistema de la ONU, así como otros desechos públicos como las máscaras faciales. 

El informe encontró que los más de 140 millones de kits de prueba podrían ser responsables de generar hasta 2.600 toneladas de desechos no infecciosos, principalmente plástico, y 731.000 litros de desechos químicos, equivalentes a la tercera parte de una piscina olímpica.

Mientras tanto, la administración mundial de 8.000 millones de dosis de vacunas, produjo 144.000 toneladas de desechos adicionales en forma de jeringas, agujas y cajas o envases para la preservación de sustancias. 

Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, opinó: “es absolutamente vital proporcionar a los trabajadores de la salud el equipo de protección personal adecuado, pero también lo es garantizar que se pueda usar de manera segura sin afectar el medio ambiente circundante”. 

Si bien a medida que aumentó la COVID-19, la preocupación se centró en garantizar el suministro de EPP, "la gestión segura y sostenible de los desechos de atención médica relacionados con la COVID-19 recibió menos atención", como indica el comunicado de prensa de la OMS.
El informe también destaca que los países carecían de sistemas de gestión efectivos, así como de orientación para que los trabajadores de la salud supieran cómo proceder con el EPP y los productos básicos de salud después de sus utilizaciones.


Mejorar la gestión de residuos
El análisis instó a los actores a utilizar el impulso del "desafío de los desechos de COVID-19 y la creciente urgencia de abordar la sostenibilidad ambiental" para mejorar la gestión de la atención médica y minimizar la cantidad que se destina a los vertederos. 

“El uso seguro y racional de EPP no solo reducirá el daño ambiental causado por los desecho ya que al ahorrar dinero contemplará la posible escasez de suministros; a su vez al cambiar los comportamientos apoyará más aún la prevención de infecciones”, dijo Anne Woolridge, ejecutiva de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA).

El informe indicó que para mejorar las políticas nacionales de gestión de residuos sanitarios, se debe introducir la supervisión, la formación de los trabajadores sanitarios y la financiación adicional.

Las recomendaciones del informe incluyen "el uso de embalajes y envíos ecológicos, EPP seguros y reutilizables", así como la inversión en tecnologías de tratamiento de residuos que no se necesiten quemar y sean reciclables.

“Un cambio sistémico en la forma en que el cuidado de la salud maneja sus desechos debería incluir un meticuloso y sistemático análisis como así también mejores prácticas de adquisición”, dijo Woolridge. 

Maria Neira, directora de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS destacó que el cambio debe ocurrir en todos los niveles “desde el mundo en general hasta el hospital en particular, en la forma en que gestionamos el flujo de desechos de la medicina es un requisito básico de los sistemas de atención sanitaria climáticamente inteligente”. 

Por el momento, el 30% de los centros de salud no están "equipados para manejar las cargas de desechos existentes y mucho menos la carga adicional de COVID-19".

Las limitaciones podrían ocasionar a los trabajadores de la salud lesiones por pinchazos de agujas, quemaduras y peligrosos contactos con microorganismos patógenos.
Según el informe de la OMS, es fundamental tener presente que los rellenos sanitarios y los sitios mal administrados para eliminar desechos pueden afectar a las comunidades vecinas a través del aire contaminado provocado por la quema de desechos, la mala calidad del agua o las plagas portadoras de enfermedades.

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