Las mujeres adultas tratadas con medicamentos para la presión arterial elevada, presente antes o durante las primeras 20 semanas de embarazo, tuvieron menos resultados adversos en el embarazo en comparación con las pacientes que no recibieron tratamiento antihipertensivo.
Avalado por los National Institutes of Health* - NIH (Institutos Nacionales de Salud) de EE.UU., el estudio involucró a 2408 embarazadas adultas.
Entre sus hallazgos encontró que las mujeres tratadas con medicamentos para reducir la presión arterial por debajo de 140/90 mm Hg tuvieron menos probabilidades de exponerse a un parto prematuro o experimentar alguna de las varias complicaciones graves del embarazo, como por ejemplo preeclampsia, condición caracterizada por presión arterial alta repentina y signos tempranos de disfunción orgánica.
El tratamiento de la hipertensión no perjudicó el crecimiento fetal.
"El impacto del tratamiento de la hipertensión crónica durante el embarazo representa un gran avance en el respaldo de las personas con alto riesgo de resultados adversos del embarazo", dijo Alan TN Tita, investigador principal del estudio y John C. Hauth, catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina Marnix E. Heersink de la Universidad de Alabama, Birmingham.
Los hallazgos del ensayo Chronic Hypertension and Pregnancy - CHAP (Hipertensión Crónica y Embarazo), actualmente el mayor para estudiar la hipertensión crónica en el embarazo, fue publicado en la revista New England Journal of Medicine y presentado en simultáneo el 2 de abril en la American College of Cardiology’s 71st Annual Scientific Session and Expo (Exposición y Sesión Científica Anual 71 del Colegio Americano [de EE.UU.] de Cardiología).
El estudio fueinanciado por el National Heart, Lung, and Blood Institute - NHLBI (Instituto Nacional [de EE.UU.] del Corazón, Pulmones y Sangre) integrante de NIH.
El tratamiento antihipertensivo temprano podría ser importante para las miles de adultas que corren el riesgo de preeclampsia o partos prematuros.
La hipertensión crónica en el embarazo ocurre en más del 2 % de las mujeres de EE.UU. y puede triplicar o más el riesgo de complicaciones graves.
Entre 2015 y 2021, el ensayo CHAP inscribió a embarazadas con hipertensión en 61 centros médicos de EE. UU.
Al comienzo del ensayo, la hipertensión se definió en este estudio como presión arterial sistólica superior a 140 mm Hg y diastólica superior a 90 mm Hg.
Las pautas actuales definen la presión arterial normal para adultos no embarazadas como menos de 120/80 mm Hg.
Las participantes se inscribieron en el ensayo antes de las 23 semanas de embarazo. Como parte del estudio, se les hizo un seguimiento durante el parto y durante las seis semanas posteriores. Fueron asignadas al azar a uno de dos grupos.
Las 1208 del brazo de intervención, recibieron medicación antihipertensiva para mantener la presión arterial por debajo de 140/90 mm Hg.
Las 1200 participantes del grupo de control no recibieron medicamentos a menos que la presión arterial superara los 160/105 mm Hg, umbral para la hipertensión grave.
Los investigadores encontraron que el 70% de las participantes que recibieron tratamiento antihipertensivo no experimentó un resultado de embarazo negativo importante, mientras que el 30 % acusó uno de los siguientes resultados: preeclampsia con características graves, que generalmente se presenta después de las 20 semanas de embarazo; desprendimiento de la placenta; parto prematuro con menos de 35 semanas; muerte fetal o neonatal.
En comparación, el 37 % de los participantes en el grupo de control experimentó un evento negativo similar.
Los autores del estudio remarcaron entonces que, de cada 14 a 15 personas tratadas por hipertensión al principio del embarazo, una se salvó de experimentar una complicación grave medida en el estudio.
Además, el peso al nacer de los bebés no pareció verse afectado por los tratamientos antihipertensivos por mantenerse similares entre los grupos: la mayoría alcanzó pesos normales.
Respecto a los bebés nacidos, alrededor del 11,2 % de las participantes que recibieron medicación y el 10,4 % de las correspondientes al grupo de control tuvieron un crecimiento fetal deficiente, definido como peso de nacimiento inferior al percentil 10 para bebés de la misma edad gestacional.
La investigación también ayudará a informar las decisiones de tratamiento que variaron debido a la escasez de evidencia sobre los beneficios de los medicamentos antihipertensivos, así como sus efectos sobre el crecimiento y desarrollo fetal.
Algunas organizaciones médicas recomiendan los tratamientos; otros los desaconsejan, excepto en casos de hipertensión severa. Los autores señalan que este estudio debe informarse en las guías de práctica clínica.
Los investigadores también destacan la importancia de estudios futuros que analicen los resultados de salud a largo plazo de los participantes y sus hijos, para aclarar aún más el uso de tratamientos para la hipertensión durante el embarazo.
* NIH
Treating chronic hypertension in early pregnancy benefits parents, babies
2 de abril, 2022
https://www.nih.gov/news-events/news-releases/treating-chronic-hypertension-early-pregnancy-benefits-parents-babies
