Las fluctuaciones en las hormonas ováricas, posibles de medir por medio de procedimientos salivales menos invasivos o séricos, se han asociado con cambios en el hábito de fumar cigarrillos .
El patrón de progesterona salival y sérica medido a lo largo del ciclo menstrual es similar en su forma, particularidad digna de mención dado que las muestras de saliva y suero se extrajeron de otra independiente de mujeres fumadoras. La variación interindividual e intraindividual en las medidas salivales puede ser mayor que en las medidas séricas.
Un artículo publicado recientemente en la revista Nicotine & Tobacco Research* se propuso el objetivo de abordar esta diferencia; en sus resultados considera a los niveles de progesterona como posible causa.
El objetivo principal de este estudio exploratorio fue caracterizar los perfiles de progesterona de las mediciones de progesterona salival y compararlos con los estimados a partir de una muestra de suero previamente medida.La progesterona presente en niveles más altos en las mujeres se libera en la segunda mitad del ciclo menstrual.
Los investigadores Nathaniel Baker y Michael Saladin de la Medical University of South Carolina (Universidad Médica de Carolina del Sur), EE.UU., estudiaron durante casi ocho años el efecto de la progesterona en las mujeres que desean renunciar al cigarrillo.
En 2015, publicaron un artículo que señalaba la conexión entre la hormona y el logro de abandonar el fumar, y encontraron que específicamente, el uso de un parche de nicotina junto con aumentos naturales en los niveles de progesterona en el transcurso de una semana aumentó el 37 % las probabilidades de lograr la abstinencia.
"Lo que encontramos en ese estudio", dijo Baker, "fue que la afectación de la abstinencia no era necesariamente la progesterona alta sino la condición de alta y creciente".
Según los autores, su trabajo es el primero que identificó una conexión entre el aumento de los niveles de progesterona y los resultados de abstinencia en mujeres que intentaban dejar de fumar.
Los autores se propusieron una evaluación más detallada que les proporcionara la recopilación de datos semanales y también un uso más accesible a los pacientes.
Fue entonces que investigaron si los niveles de hormonas recolectados diariamente de la saliva en los hogares de las participantes podrían producir resultados equivalentes a los del suero recolectado de manera más invasiva.
Saladin dijo que el objetivo del estudio no era reclutar participantes que pretendieran dejar de fumar durante el ensayo, sino observar sus fluctuaciones hormonales y las de fumar cigarrillos, comparando los resultados con lo que sabían acerca de los niveles séricos.
"Cuando el nivel de progesterona de una mujer aumenta desde un nivel bajo, fuma menos cigarrillos por día sin siquiera saberlo o intentarlo. Pero ese efecto sobre el hábito de fumar finalmente se estabiliza. Cuando la progesterona alcanza su punto máximo en el ciclo de una mujer los beneficios se amesetan", comenta el autor en su artículo.
El hallazgo clave para alcanzar el objetivo proviene del aumento bajo al alto, lo que puede ayudar a sincronizar el intento de dejar de fumar de una mujer con su ciclo hormonal.
Baker realizó el modelo estadístico para el estudio y, al usar los datos que recopilaron para el artículo de 2015 y combinarlos con los resultados del presente estudio, así como con otros conocidos para el seguimiento de la ovulación, encontraron que el suero y la saliva exhibían resultados similares. "Encontramos que los datos salivales siguieron un patrón muy similar a los datos del suero", dijo.
Al identificar las hormonas que afectan la adicción al tabaco y cómo lo logran, Saladin aclaró que a las mujeres podría resultarles más sencillo dejar de fumar.
"Si conseguimos sincronizar el intento de dejar el hábito en torno a un período con menor probabilidad de sufrir aumento de la abstinencia y anhelo, resultará posible alcanzar la abstinencia", dijo Baker.
Ayudaría a su éxito la programación de la abstinencia máxima de nicotina para que ocurra durante un período particular de cinco a siete días del ciclo hormonal mensual femenino.
Si bien la investigación de Saladin y Baker se centra en mujeres que no toman anticonceptivos orales , están de acuerdo en que existe una vía para que la investigación analice el efecto de esos medicamentos para dejar de fumar. La intención de la anticoncepción oral es alterar el ciclo hormonal mensual, factor éste que en contexto agrega un nivel de complejidad al examinar los cambios hormonales.
Otra vía de investigación podría incluir el uso de progesterona exógena para ayudar tanto a hombres como a mujeres a dejar de fumar.
Al administrar una dosis de progesterona al momento de abandonar el cigarrillo, los autores plantean la hipótesis de un mayor éxito de abstinencia para ambos sexos.
Los resultados de esta investigación también podrían aplicarse en el futuro al uso indebido de otras sustancias, como la cocaína o la marihuana.
Baker considera que este campo de investigación logró grandes avances en la última década. "El efecto de la progesterona en la reducción de la abstinencia, así como el ansia e incluso la reducción de los cigarrillos fumados por día, es valioso para quienes procuran dejar el hábito", explicó. "Al usar un enfoque menos invasivo, mejoramos la participación del paciente y redujimos su carga de compromiso. Esto ayuda a todos los involucrados".
* Nicotine & Tobacco Research
Characterization of Salivary Progesterone in Female Smokers Get access Arrow
Nathaniel L Baker, Viswanathan Ramakrishnan, Kevin M Gray, Matthew J Carpenter, Erin A McClure, Rachel L Tomko, Michael E Saladin
9 de mayo, 2022
https://doi.org/10.1093/ntr/ntac121
