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El creciente número de adultos que utilizan las redes sociales y los sitios de Internet como fuentes comunes de información sobre salud, convierte en necesidad de un especialista el conocer con qué se asesoran sus pacientes y, como contrapartida, orientarlos en el uso de publicaciones respetables.
La desinformación médica o información contraproducente repercute con mayor incidencia cuando los médicos la comparten, en particular aquellos sin licencia para ejercer la urología u oncología., afrctados por cáncer de próstata.
Los médicos deben proporcionar fuentes confiables de información para reducir las consecuencias de la desinformación.
Los investigadores advierten que las redes sociales permiten una difusión acelerada y amplia no solo de información errónea (información incorrecta o engañosa contrastante con la mejor evidencia científica disponible) sino también de desinformación (es decir, información deliberadamente engañosa).
La marginación y la desconfianza en el sistema de salud pueden exponer a pacientes y familias a información errónea publicada en línea por fuentes alternativas.
Al señalar las consecuencias negativas que acarrean a la atención oncológica y a la relación médico-paciente, los autores/as resaltan la necesidad de implementar una estrategia multidisciplinaria que combata el daño ocasionado por la información irresponsable.
Perjuicios de la desinformación virtual
El aumento de la desinformación médica en línea fue debatido en la última Reunión Anual de la Asociación Estadounidense de Urología (American Urological Association Annual Meeting) *, después de la presentación de un trabajo que detallaba los efectos de la información errónea en los pacientes con cáncer de próstata.
Los investigadores buscaron examinar los principales tipos de desinformación médica referida a la enfermedad que se difunde en línea, quién comparte ese tipo de información y las consecuencias que ocasiona al enfermo.
El estudio de métodos mixtos incluyó 300 publicaciones de tendencia en redes sociales, en inglés o español, de YouTube, Instagram y TikTok, además de entrevistas semiestructuradas con profesionales y trabajadores de salud comunitarios.
Los investigadores examinaron las calificaciones de los “médicos” en línea que comparten información errónea revisando bases de datos de licencias profesionales y sitios web de hospitales.
Según los resultados del estudio, también publicado en la revista especializada The Journal of Urology, los temas más comunes de desinformación sobre el cáncer de próstata abarcan la dieta, las causas que provocan la enfermedad, el impacto sexual, los suplementos, los síntomas, la detección, el tratamiento y la recurrencia.
Los investigadores descubrieron que el poder de persuasión de la información errónea sobre el cáncer de próstata era más profundo cuando la compartían los profesionales de atención médica, la mayoría de los cuales no tenían capacitación especializada vigente en urología, oncología u oncología radioterápica.
Además, observaron un aumento del riesgo de exposición a información errónea entre personas sin acceso a atención médica o que han tenido experiencias negativas con ella.
Contrarrestar la desinformación
Para combatir la propagación de desinformación médica, el artículo ofrece a los oncólogos tres pasos de acción:
Entregar a los pacientes de “recetas para la información” que mencionen las vías de acceso a fuentes recomendadas.
Compartir consejos de alfabetización en salud con pacientes y familias, incluyendo la importancia de verificar tanto la fuente como la fecha de cualquier información de salud publicada en línea.
Convocar a la participación en redes sociales difusoras de información calificada.
Los autores recomiendan además la participación de oncólogos en plataformas de Internet con el fin de fomentar el intercambio de información científica de calidad.
El estudio también considera que los especialistas compartan las fuentes de información recomendadas con los pacientes y sus familias, en atención a que el tiempo en la consulta clínica siempre es limitado y es natural que las personas anhelen más información.
Los esfuerzos de investigación en curso de Loeb y sus colegas incluyen una subvención para estudiar más a fondo el impacto de la desinformación en línea sobre el cáncer de próstata. Se necesita mucha más investigación sobre los efectos secundarios de la desinformación en línea en la atención al paciente y sobre las estrategias efectivas de mitigación.
* American Urological Association Annual Meeting
ONLINE MISINFORMATION ABOUT PROSTATE CANCER. IP04-08
Stacy Loeb, Mariana Rangel Camacho, Tatiana Sanchez Nolasco, Nataliya Byrne, Adrian Rivera, Juan Ramirez, Andrea Anampa-Guzmán, Rohit Singh, Sarah Berger, Halimat Adeshola Olaoluwa, Dianelis Gonzalez Pupo, Juan Casellas, Jesse Persily, Veronica Perez-Rosas, La Mont Barlow, Aisha T. Langford, Scarlett L. Gomez, and June M. Chan
https://doi.org/10.1097/01.JU.0001109780.20015.87.08